Laura
Nací en Oviedo, una ciudad pequeña y bonita al norte de España. Me resulta complejo escribir algo sobre mi, porque no me gusta definirme. Soy un ser humano cambiante, que se adapta continuamente a su vida y a sus circunstancias de la mejor manera posible, y que busca estar siempre evolucionando y mejorando. No me gustan las definiciones, porque limitan, porque encajonan y encasillan, y porque son excusas que nos ponemos para justificar comportamientos difíciles de cambiar.
Tras tener problemas de salud durante toda mi vida, toqué fondo, y tras ir de médico en médico sin encontrar una solución real, empecé a investigar, informarme y también formarme, porque yo no quería eliminar el síntoma, lo que quería era entender el por qué de lo que me ocurría.
¿Qué me estaban intentando transmitir mis síntomas? Abrí mi mente a cosas nuevas y me deshice de viejas ideas, además de probar y experimentar muchas cosas hasta dar con las estrategias que son mejores para mi – lo cual, sigo descubriendo cada día, pues nuestro cuerpo va cambiando así como nuestra situación, nuestras emociones… y es necesario ajustar continuamente.
Hoy, me gusta divulgar, hacer accesible información valiosa a todo el mundo, para que las personas puedan tomar decisiones en pos a su salud, estando bien informadas.
Me gusta hacer que las personas se cuestionen cosas, y me gusta inspirar y animar a que las personas desarrollen su consciencia a través del autoconocimiento.
Fer
Soy hijo, nieto y biznieto de grandes cocineras.
De esas que reconfortan el alma a través del estómago.
Ellas me enseñaron que cocinar es amar.
Desde muy joven me sentí atraído por el mundo de la cocina, así que decidí dedicarme profesionalmente a ello.
Han pasado más de veinte años desde entonces.
Media vida en la que he aprendido mucho de un oficio que, aunque sacrificado, es profundamente satisfactorio.
Si cocinar es amar, imagínate lo que es cocinar para miles de personas, una pasada.
Repartí tanto amor que en un momento sentí que no estaba amando a la persona más importante de mi vida.
Yo.
Pasé por momentos duros, de incomprensión, sufrimiento e insatisfacción profunda.
Durante esos años aprendí una lección muy bonita.
No hay nada bueno ni malo, todo depende del uso que se le dé.
La comida, eso que en mi casa me enseñaron a usarla para amar, se convirtió en la herramienta que utilicé para llenar ese vacío profundo que sentía.
Buscaba el amor en el lugar equivocado.
Tan vacío estaba que comí hasta que mi cuerpo, mi alma y mi espíritu dijeron basta.
Inicié entonces un camino de indagación e introspección que hoy en día continúa, y continuará durante los años que me queden por aquí.
Porque de eso se trata la vida, vivir experiencias y aprender de ellas.
Comencé entonces a formarme en distintas materias buscando respuestas.
Un día, durante una de esas formaciones, algo se reveló.
Entendí mi misión, comprendí el sentido de mi propia experiencia.
Acompañar a personas y facilitar sus procesos de cambio.
Eso era lo que quería hacer.
Eso es lo que hago.
Y eso es lo que deseo seguir haciendo.
Porque acompañar a otros es acompañarme a mí.
“La vida, como la cocina, es una cuestión de mimo, paciencia y cariño.”
– Cocinar Salud –