INGREDIENTES
2 kilos de mejillones gallegos
1 vaso de aceite de oliva virgen extra
1 vaso de vinagre de vino
1 vaso de vino blanco (un buen albariño a ser posible)
Una cucharada sopera de pimentón de la Vera dulce o semidulce
2 dientes de ajo
3 hojas de laurel
ELABORACIÓN
Limpiamos bien los mejillones debajo del grifo. Con un cuchillo rascamos las impurezas y arrancamos las barbas que sobresalen por la zona de unión de las conchas. Descartamos aquellos que estén rotos o abiertos. Los mejillones frescos deben estar abiertos un milímetro o dos y cerrarse al intentar abrirlos. Los colocamos en una olla grande con una hoja de laurel y unos granos de pimienta, los tapamos y ponemos al fuego. Una vez rompan a hervir los tenemos cociendo 1 minuto. Escurrimos los mejillones, pero reservamos medio vaso del líquido que han soltado durante la cocción que colaremos para eliminar impurezas. Ésta estará formada por el vino más el agua de mar que han soltado los mejillones. Separamos los mejillones de las conchas, desechando aquellos que no hayan abierto. Fileteamos los ajos y los incorporamos a una sartén con el vaso de aceite de oliva virgen extra a fuego fuerte y una hoja de laurel. Cuando el ajo esté dorado retiramos del fuego y añadimos una cucharada sopera de buen pimentón. Removemos rápidamente con una cuchara de madera para que no se queme. Sacamos del fuego y añadimos, para enfriar, el vinagre y el agua de cocción que reservamos previamente. Removemos hasta juntar todos los sabores. Reservamos. Con esta mezcla cubrimos los mejillones. Es importante que queden bien cubiertos de líquido para que se conserven bien y adquieran el sabor del preparado. Cuando estén a temperatura ambiente se pueden meter en la nevera. Reservamos 24 horas antes de comerlos, yo los dejo de un día para otro. Buen provecho 😎
¡Nos encantan los mejillones en escabeche! El problema de los que venden enlatados es, por un lado, la mala calidad de los aceites que suelen emplear en su elaboración, y por otro, el exceso de cocción que hace que pierdan su textura carnosa. Preparándolos nosotros mismos podemos intervenir en esos dos factores.